
El panorama de marcadas diferencias socioeconómicas que se deja ver a lo largo y ancho del planeta tierra parece un cuento sin fin, año tras año conocemos los nombres de quienes conforman la lista de las personas más ricas del mundo, mientras por el otro lado de la moneda no deja de sorprendernos el informe que nos muestra el incremento porcentual de la pobreza en ese mismo mundo, como si se tratara de una transmisión televisiva a pantalla dividida…
Muchas personas entienden que para poder obtener bienes materiales deben trabajar, otros sin trabajar tienen la posibilidad de comprar lo que desean y otros se proponen lograr sus metas materiales a través del delito. Así de diversas son las actuaciones humanas, cada quien apostándole a lo que les provea algún beneficio, unos de forma legítima y otros violando la ley pero todos persiguiendo un mismo objetivo: El DINERO.
Quizá ustedes se han preguntado alguna vez: ¿Qué tiene que ver la pobreza con el delito? Y no son los únicos que se han formulado esa interrogante, La Escuela de Chicago desarrolló dicho planteamiento con la teoría de la desorganización social durante el siglo pasado y de ella se desprenden puntos muy interesantes tales como: la relación entre la calidad de vida de los delincuentes y los crímenes cometidos por ellos, la repetición de patrones sociales como modelo a seguir y la persecución de un status elevado como meta a cumplir valiéndose de cualquier medio.
Debemos ser flexibles al momento de estudiar este tema porque no toda persona en situación de pobreza es delincuente e inclusive existen delitos que son propios de quienes gozan de una posición económica privilegiada tal como sucede en la categoría de los delitos de cuello blanco; no podemos generalizar, lo que si es necesario en el tratamiento de este tema es analizar la relación que existe entre una determinada condición socioeconómica y su vinculación con el crimen, para La Escuela de Chicago según las conclusiones de su investigación existía una relación directa entre estos tres factores: condición socioeconómica-crimen-criminales.
Actualmente las desigualdades socioeconómicas siguen siendo una constante, pero si adaptamos los puntos de interés de la teoría de la desorganización social que les mencioné anteriormente a lo que es la dinámica mundial de hoy, nos encontramos con con las problemáticas del subdesarrollo y la extrema pobreza que siguen incidiendo en la calidad de vida de la población sin la implementación de modelos eficientes capaces de generar cambios positivos en el ámbito social, a ello se le suma el factor de la repetición de patrones sociales, ahora a través de otras modalidades que no existían al momento de la investigación realizada por La Escuela de Chicago, como lo son las redes sociales por colocar un ejemplo, ya que estas son muy utilizadas por por personas famosas para mostrar una “vida perfecta” que influye en un público mayormente jóven que se siente atraído por la “perfección” que muestran sus ídolos a través de sus cuentas, lo que conlleva en diversas ocasiones a que tomen cualquier vía que los acerque a ese status ideal para sentir que pertenecen a la élite que socialmente es asociada con palabras como “Éxito”, “Poder” o “Realización”, y para “llegar a ese nivel” tan anhelado muchas veces incurren en el delito.
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